miércoles, 21 de mayo de 2014

La Fantasía según Orbis Alia


"Purple", de Sandara
Dada su naturaleza polisémica, la palabra «fantasía» es difícil de definir o precisar. El rango de significados posibles abarca desde una imposibilidad o pensamiento ilusorio hasta un proceso psicológico compensatorio, recreativo o escapista. Más allá de que estas acepciones sean válidas o no, el hecho es que el alcance semántico de la palabra es tan amplio que da, incluso, para hablar de pornografía.



Debido a lo anterior, parece lógico pensar que, en el ámbito especializado, la cantidad de significados posibles se reduce considerablemente. Por desgracia, no es así. Incluso dentro de las fronteras de la literatura, aparecen inseguridades o diferencias de opinión. A modo de ejemplo, para algunos no existe diferencia entre Fantasía y ciencia-ficción; otros, un poco a regañadientes, como si aceptaran lo inevitable, se remiten a enumerar algunas diferencias superficiales. Incluso existen quienes, aun tras reconocer estos puntos divergentes, proponen no tomarlos muy en cuenta. Para ellos, «fantasía» o «ciencia-ficción» son, a su vez, referencias y territorios sin límites muy claros. 

En Orbis Alia no estamos de acuerdo con dichos puntos de vista. Los respetamos, sí, y creemos que pueden coexistir con cualquier propuesta, al margen de que en muchas ocasiones nos encontremos con argumentos que no nos satisfagan. No, en todo caso, por los argumentos en sí mismos, sino porque, casi siempre, estos no nos resultan convincentes. 

Quisiera señalar que nuestra postura ha madurado a lo largo de, al menos, cuatro años. Cierto es que, cuando empezamos a cuestionarnos qué entendíamos por Fantasía, no teníamos ni la más remota idea de que algún día terminaríamos aquí. El contexto del año 2010 era muy distinto y las tareas eran otras. Con todo, incluso en aquel entonces, Paula y yo no nos sentíamos del todo conformes con aquello que incluso nuestros colegas más cercanos entendían por el género en cuestión. Cuando mirábamos y pensábamos en torno a nuestra propia experiencia personal, había ciertos detalles que nos hacían ruido. A partir de allí, empezamos a cuestionar la idea de género, a pesar de que ésta fue uno de nuestros caballos de batalla, por así decirlo, durante los días más agitados de esa época.

Buscando una definición de Fantasía

En primer lugar, cabe señalar que consideramos que llegar a una definición «total» del término, incluso desde nuestra perspectiva, es una pretensión muy difícil de alcanzar. Por ello, las siguientes líneas solo ofrecen un repaso y un razonamiento temporal. A qué me refiero con esto: que, en estadios sucesivos del proyecto, es probable que volvamos y revisemos muchos de estos conceptos, aunque no con un afán de destruirlos, sino para enriquecerlos por medio de la reflexión y la experiencia.

Hacia el 2010, teníamos una concepción más bien academicista que puede resumirse en el siguiente postulado:

La Fantasía es un género aparte de la ciencia-ficción porque su ámbito de desarrollo es la creación de mundos imposibles. Por esto último nos referimos a realidades que no tienen una relación directa con el mundo real (o primario) ni con sus leyes (naturales) de funcionamiento.

Cambios más, cambios menos, la premisa del párrafo anterior nos sirvió para cimentar nuestra posición durante, por lo menos, tres años más. A ella sumamos la noción, muy rudimentaria, de que la Fantasía tenía elementos que la hacían característica; que, por otro lado, había algo que la hacía diferente para nosotros como lectores. Esa intuición ha sobrevivido y se ha refinado con el tiempo, evolucionando hacia el concepto de imaginario, el cual les presentaremos en una entrada posterior. 

En este punto, es muy posible que ustedes estén empezando a considerar que quien escribe se está dando muchas vueltas. En el mejor de los casos, podrán pensar que mi exposición, hasta ahora, se ha limitado a comentarios vagos. ¿Qué es ese «algo» que la hace característica? ¿Los elementos del decorado? ¿El viaje del héroe? ¿Los dragones? ¿La magia? ¿Los conflictos de poder? 

En cierto sentido, la respuesta es sí y no al mismo tiempo. Dicho de otro modo, cuando te hablan de Fantasía, seguramente piensas en historias fantásticas, ambientadas en el medioevo o en un mundo mágico oculto para el común de las personas. Hagamos un ejercicio simple. Pensemos en palabras y conceptos que normalmente asociamos a la Fantasía que estamos acostumbrados a leer o a ver en los cines. Dragones, varitas mágicas, pociones, un señor oscuro, batallas, duelos, música coral, castillos, elfos, ogros, hombres musculosos, mujeres muy atractivas, reyes sabios, guerra, libertad…

Pensemos, ahora, en la ciencia-ficción. Distopías, rayos laser, viajes interplanetarios, clonación, alienación social, hombre versus máquina, singularidad, naves espaciales, nanotecnología, comida sintética, autos voladores, prótesis mecánicas, aditamentos cerebrales, extraterrestres, androides, etcétera.

Ninguna de estas listas está completa porque ambas se reducen a meras asociaciones preconcebidas que se vienen a la mente a la hora de describir la Fantasía y la ciencia-ficción «con peras y manzanas». Ciertamente, son muestras más o menos representativas de lo que ambos géneros pueden ofrecer, precisamente, en sus encarnaciones más genéricas. Desde ese punto de vista, claro que hay algo de verdad. En la Fantasía hay magia, hay dragones, hay (o puede haber) razas inventadas. Y así sucesivamente. Pero también hay mucho más. Y no solo nos referimos a grimorios, nigromantes, ninfas acuáticas, árboles parlantes, antídotos, paladines, reyes o clérigos. En Orbis Alia creemos que la Fantasía trasciende sus componentes esenciales, porque estamos convencidos de que ésta es un modo de vida. 

¡Pero calma! Aún no llegamos a esa parte. 

Hacia medianos del año pasado, en función de un sinnúmero de eventos que no corresponde detallar en este espacio, Paula y yo empezamos a pensar que la Fantasía no era la sumatoria de todos los elementos que listamos más arriba, más lo que ahora se suele entender como «una historia que funcione». Con la lectura de Entre extraños, de Jo Walton (que pronto reseñaremos aquí mismo), nos convencimos de que, más que un conjunto de estereotipos, la Fantasía era un modo de contar una historia. En otras palabras, que era un lenguaje, un código específico: una manera de percibir la realidad que no depende de nociones tan específicas (y estrechas) como «lo sobrenatural» o «lo fantástico». A modo de ejemplo, hay obras realistas en cuyo corazón habita lo esencial de la Fantasía. 

A partir de entonces, empezamos a referirnos a ella como una «estética». No, eso sí, a la manera de los peluqueros, los sastres o las directoras de revistas de moda. Nuestro empleo del término se acerca más a la raíz de la palabra y al significado que se le da a la misma en el ámbito de la filosofía y la historia del arte: percepción, sensación, sensibilidad. Cuando decimos que la Fantasía es un modo de vida, nos referimos a esto. No solo es una ética, sino también una manera de sentir y percibir el mundo que nos rodea… incluido, por supuesto, el de nuestra propia imaginación. 

Para nosotros, la Fantasía como sensibilidad no tiene que ver con como se entiende el género en la actualidad. Nuestros referentes van para atrás… aunque no tan para atrás tampoco. Ursula K. Le Guin todavía está viva y, quizás, más lúcida que nunca. Con todo, es innegable que modelos de arte y pensamiento como los de George MacDonald o J. R. R. Tolkien aparecen como anticuados en el contexto de una cultura evanescente y dominada por la «industria» editorial. Como una de nuestras primeras lectoras planteaba en uno de sus comentarios, la Fantasía de hoy no es la Fantasía clásica. En Orbis Alia estamos conscientes de ello y no pretendemos articular la resistencia del apocalipsis fantástico. Sólo queremos promover nuestra visión particular, no sólo porque nos gusta pensar y escribir artículos, sino porque también es una buena forma de dar a conocer nuestra propia poiestética como autores. 

Por otro lado, queremos rescatar, re-visitar, re-aprehender y re-significar las raíces que, según argumentamos, son el pilar fundamental de la estética de la Fantasía. 

Ahora bien, ¿cuáles son esas raíces? ¿Qué entendemos nosotros por «estética de la Fantasía»?

En respuesta a la primera pregunta, podríamos decir que, como George MacDonald, creemos que el «ser como niños» (being childlike) es un camino de plenitud interior; en ese sentido, adherimos a la visión romántica del niño, como signo de pureza, sabiduría, renovación y resiliencia. Al mismo tiempo, siguiendo a Tolkien, estamos convencidos de que la Fantasía es la manifestación artística a través de la cual podemos regresar al mundo con ojos renovados y con una mejor salud espiritual o psicológica. Por último, creemos a Ursula Le Guin cuando remarca que la Fantasía no es real, sino verdadera. Aunque no existan los dragones y no podamos controlar los elementos con palabras de poder, aquello que está en el corazón de las historias que nos importan son verdades existenciales que, aplicadas a nuestro diario vivir, pueden salvarnos y cambiar completamente nuestras vidas a través del arte, la belleza, la esperanza y la redención: la resiliencia.

A decir verdad, en nuestro fuero interno, sí creemos que, en algún momento o universo, veremos pasar los dragones en el viento de la mañana. Pero eso es algo personal.

Respecto a la segunda pregunta, creo que buena parte de la respuesta se encuentra contenida en el párrafo anterior; en términos formales, si se quiere, entendemos la estética de la Fantasía como una manifestación poética que se nutre de la imaginación, involucre o no mundos secundarios. Para nosotros, el uso del lenguaje en la construcción de mundos va más allá de la fórmula, de lo correcto o lo incorrecto. Nuestra visión de la literatura es intuitiva e introspectiva. También es moral, en tanto estamos convencidos de que el arte puede cambiar el mundo; al menos, tu propio mundo. No nos interesa decirte qué libros tienes que leer y por qué, sino compartir contigo los libros e historias que nos hicieron y nos hacen felices. 

Es así como llegamos a una definición temporal o, más bien, instrumental. Al leer las reseñas, columnas o historias que publiquemos sucesivamente en nuestra web, has de tener en cuenta que entendemos la Fantasía como un modo de sentir y de vivir la vida, fundada en la belleza, la imaginación y la esperanza. Creemos que es la mayor encarnación de la faceta nutricia del arte como un camino de sanación y madurez. Por otro lado, su significado es, para nosotros, una verdad existencial, espiritual, emocional y psicológica a través de la cual podemos comprender mejor nuestra propia e imperfecta realidad. Porque eso también es importante: no negamos el dolor, la oscuridad o la muerte. No vivimos en una burbuja o con los ojos cerrados. Sabemos lo difícil que es vivir en este mundo y lo difícil que será seguir viviendo cuando llegue la hora de la Sombra.

Pero por algo escribimos Fantasía. Reconocemos la derrota, sí, pero no creemos que sea definitiva. Seguimos avanzando, peregrinos en un camino largo y muchas veces tenebroso. Y la Fantasía es nuestra vela, alimentada con el fuego de un dragón.

7 comentarios:

  1. Me alegra tu iniciativa. No creo poder colaborar mucho, en general vuestras definiciones suelen dejar fuera mi trabajo o mi forma de ver el mundo. En realidad no solo ustedes, quizás el problema en general soy yo. Lo que me alegra de la definición es que se centran en hacer su discurso, creo que solamente hay avance si hay muchas voces.

    Felicidades Emilio por encontrar tu voz, lo que es una de las pegas más difíciles en esto. Un abrazo y éxito.

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    1. Muchas gracias por el espaldarazo, José Luis, aunque la tarea de buscar la voz todavía sigue. Algo hemos progresado en el último tiempo, pero todavía falta. Aunque de eso se trata.

      Honestamente (hablo a título personal aquí, en todo caso) creo que lo que mencionas no es un impedimento para que te animes a colaborar con nosotros. ¡Un enfoque distinto, abordado por una pluma responsable y consistente como la tuya, es un gran aporte!

      Dale tiempo, a ver si asoma algún cuento, alguna columna o un poema. Una de las cosas que más queremos hacer es dar un impulso a la poesía con raíces en la Fantasía (no épica, eso si XD) Ahí la libertad es mayor. Lo dejo como una invitación ;)

      Vaya un abrazo de vuelta,

      E.

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  2. Interesante y valiente definición propia de Fantasia. Será estimulante ver su evolución y desarrollo a través de este espacio y en sus respectivos blogs. Debo decir que en cualquier caso, es bastante más satisfactoria que la definición al principio de la entrada, que además de superficial, me hacía solo un poco de ruido al recordar más de una serie animada que vi de niña y que mezclaban elementos supuestamente excluyentes, sin ningún reparo y de forma perfectamente funcional.

    Nuevamente, un gusto.
    Saludos.

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  3. “No nos interesa decirte qué libros tienes que leer y por qué”. ¡¿Qué?! No sean así, estoy esperando ansiosamente a que nos suelten chorradas de títulos oscuros. En serio.

    Nutritiva declaración, en cualquier caso.

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  4. ...en un sentido prescriptivista, claro. Tenemos un canon y vamos a compartirlo con mucho entusiasmo, pero sin prédica esencialista. Nos interesa que los libros hablen por sí mismos ;)

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  5. Como siempre, disfruto leerlos a ambos, y procuro comentar y aportar algo cada que pueda. Apoyo esta iniciativa porque recién estoy comenzando a meterme de lleno en esta estética que es la Fantasía, y gracias a espacios como este puedo seguir ampliando mis ganas de aprendizaje.

    Un saludo!

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  6. La verdad es que me gusta mucho su «particular visión de la Fantasía». A demás de Orbis Alia y sus blogs personales, no he encontrado otros sitios dónde informarme de este tema sin que se mezcle con la Ciencia Ficción (que no me gusta mucho), que se busque claramente romper con los clichés del «género» y que se haga distinción del fantastique. Mi Corazón de Fan está con uds. ;)

    Por otro lado, no se que tan conveniente sea repetir información, o que tan pertinente sea en este punto, pero la serie de posts en Tierra de Fay (¿Qué es la Fantasía?) han sido de la información más ilustrativa y aclaratoria para mí. No se qué tan conveniente sería replicarla... o reducirla por acá.

    ¡Mucha suerte!

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